viernes, 8 de enero de 2010

La creatividad en nuestra mente

Por Fernando Cámara
Profesor de Comunicación
Noviembre de 2009

Para desarrollar la creatividad, conocemos algunas trabas que impiden que cualquier hombre pueda tener buenas ideas que vendan. Las más conocidas son: el miedo, la vergüenza y la inhibición.

Paul Matussek decía: “El miedo al riesgo anula la creatividad” (Grossman, p.35, 1991). Existe un gran miedo a dejar de pensar como los demás y de no hacer las cosas como se deben. El miedo a la creatividad no deja ver otras opciones, cierra la mente y no permite encontrar posibles respuestas, de hecho, en ocasiones, ¡esas respuestas son las mejores! Además, hay que aceptar que es más fácil hacer las cosas como la mayoría las hace que por un camino diferente.

Alguna vez Raúl Cardós, creativo de una agencia de publicidad en México, dijo: “Un buen creativo jamás se debe cohibir ni debe tener miedo a expresar sus ideas; de alguna de estas tonterías que uno cree decir pueden salir cosas muy buenas”. Principalmente se tiene miedo a disgustar al otro, a que lo echen del trabajo, a que piensen que uno es un loco… a ser diferente y fracasar.

Otra de las trabas es la vergüenza, el no dejar notar algo que se pensó. En ocasiones los creativos se “auto castran”, -como se dice en el medio publicitario,- es decir, antes de sacar a la luz la idea deciden no expresarla por creer que sobrepasa los límites. Las ideas que dan vergüenza son aquellas que por no estar de acuerdo con determinadas normas que nos rigen, se inhiben, sin saber siquiera que aquella idea que no se dijo pudo haber sido buena, o de ella inferir a una excelente.

La tercera traba que anteriormente se mencionó es la inhibición, que es la capacidad de paralizar de manera mucho más rígida que la vergüenza, y que funciona como una barrera que no deja asomar nada de lo que se piensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario